La Escuela de las Maravillas

    By Hilda

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    11 Nov, 2024

    Lía quien acababa de terminar el preescolar entró corriendo en su nueva escuela primaria con una sonrisa que iluminaba su rostro

    Estaba emocionada por lo que podría encontrar en esta nueva etapa de su vida

    Al entrar por el patio principal, notó que las paredes estaban decoradas con dibujos coloridos que invitaban a descubrir un mundo lleno de aventuras

    "¡Mami, mira cuántos colores!" exclamó emocionada, mientras su mami le daba un abrazo cariñoso antes de partir, para que Lía disfrutara de su primer día en su nueva escuela.

    Una vez dentro de su salón de clases, Sofía, una niña de cabello lacio y ojos curiosos, se acercó a Lía con una gran sonrisa y le dijo: "Hola, soy Sofía, ¿Cómo te llamas

    ¿Quieres jugar conmigo?" le preguntó, y mientras lo hacía le señalaba un rincón del salón lleno de juguetes Mira, le expresó con alegría, ahí estaba jugando yo

    No pasó mucho tiempo antes de que Daniel un niño de amplia sonrisa y pecas en las mejillas, se uniera a ellas y les dijera "¡Yo también quiero jugar!".

    Mientras jugaban dentro del salón de clases, se dieron cuenta que congeniaban muy bien, platicaban de sus familias, papis y hermanos, compartiendo experiencias que tuvieron previamente

    Mientras seguían compartiendo historias, caminaron hacia el patio de la parte de atrás de la escuela, en el cual disfrutaban de su recreo, Lía, quien quería conocer todo lo de su nueva escuela, noto que había una pequeña puerta entreabierta en un muro cerca de donde estaba, con la curiosidad brillando en sus ojos, llamó a sus nuevos amigos

    "¡Miren esto!" dijo, mientras los tres empujaban la puerta y descubrían un jardín secreto lleno de flores resplandecientes y árboles que susurraban con el viento

    Wow, exclamaron al mismo tiempo, que maravilla Los tres pequeños siguieron adentrándose por ese nuevo lugar que habían encontrado, estaban maravillados con esta nueva experiencia que estaban viviendo.

    A medida que descubrían las maravillas del lugar, el jardín se comenzaba a iluminar con destellos de luz que se reflejaban por todos lados y que simulaban estrellas danzando entre las hojas

    "¡Es como estar soñando!" exclamó Daniel, maravillado por el espectáculo Sofía tomó la mano de Lía y susurró, "Este lugar es mágico, así como será nuestra amistad".

    Mientras Lía y Sofía exploraban el jardín, de repente, se percataron de unas pequeñas criaturas mágicas que comenzaron a aparecer entre la vegetación del patio de la escuela

    Cerca de ellas, un hada con alas de cristal se posó en el hombro de Lía, y una criatura similar a un duende se acercó para jugar con ellos

    "¡Nunca había visto algo tan bonito!" dijo Lía, encantada por sus nuevos amigos reales y mágicos.

    Cuando sonó la campana que indicaba que el recreo se había terminado, Lía, Sofía y Daniel corrieron con todas sus fuerzas para llegar a su salón de clases, su maestra los recibió con alegría notando que se encontraban muy felices y unidos, ella se alegró de que comenzaran una linda amistad desde el primer día de clases

    Pronto, al terminar su horario de clases, salieron juntos al patio para despedirse, no hacía falta hablar, sus ojos expresaban lo maravillados que seguían y lo felices que estaban de haber vivido juntos esta experiencia

    Se abrazaron sabiendo que al siguiente día podrían tener otra experiencia tan extraordinaria como la que habían tenido hoy, tomaron sus cosas y se dirigieron al gran portón principal

    Lía entre brincos y prisas, buscaba a su mamá, estaba muy emocionada por contarle lo que había vivido con sus nuevos amigos, y al girar su cabecita, notó que su mami estaba a su lado, esperándola con gran emoción, la recibió con un enorme abrazo y un regalo ser una niña maravillosa, llena de encanto e ilusión

    Sofía y Daniel se acercaron a Lía diciéndole, "Hoy aprendimos que la verdadera magia está en estar juntos" Lía asintió, sabiendo que había encontrado algo más valioso que cualquier tesoro: la amistad.

    Lía quien acababa de terminar el preescolar entró corriendo en su nueva escuela primaria con una sonrisa que iluminaba su rostro. Estaba emocionada por lo que podría encontrar en esta nueva etapa de su vida. Al entrar por el patio principal, notó que las paredes estaban decoradas con dibujos coloridos que invitaban a descubrir un mundo lleno de aventuras. "¡Mami, mira cuántos colores!" exclamó emocionada, mientras su mami le daba un abrazo cariñoso antes de partir, para que Lía disfrutara de su primer día en su nueva escuela.
    Una vez dentro de su salón de clases, Sofía, una niña de cabello lacio y ojos curiosos, se acercó a Lía con una gran sonrisa y le dijo: "Hola, soy Sofía, ¿Cómo te llamas? ¿Quieres jugar conmigo?" le preguntó, y mientras lo hacía le señalaba un rincón del salón lleno de juguetes. Mira, le expresó con alegría, ahí estaba jugando yo. No pasó mucho tiempo antes de que Daniel un niño de amplia sonrisa y pecas en las mejillas, se uniera a ellas y les dijera. "¡Yo también quiero jugar!".
    Mientras jugaban dentro del salón de clases, se dieron cuenta que congeniaban muy bien, platicaban de sus familias, papis y hermanos, compartiendo experiencias que tuvieron previamente. Mientras seguían compartiendo historias, caminaron hacia el patio de la parte de atrás de la escuela, en el cual disfrutaban de su recreo, Lía, quien quería conocer todo lo de su nueva escuela, noto que había una pequeña puerta entreabierta en un muro cerca de donde estaba, con la curiosidad brillando en sus ojos, llamó a sus nuevos amigos. "¡Miren esto!" dijo, mientras los tres empujaban la puerta y descubrían un jardín secreto lleno de flores resplandecientes y árboles que susurraban con el viento. Wow, exclamaron al mismo tiempo, que maravilla. Los tres pequeños siguieron adentrándose por ese nuevo lugar que habían encontrado, estaban maravillados con esta nueva experiencia que estaban viviendo.
    A medida que descubrían las maravillas del lugar, el jardín se comenzaba a iluminar con destellos de luz que se reflejaban por todos lados y que simulaban estrellas danzando entre las hojas. "¡Es como estar soñando!" exclamó Daniel, maravillado por el espectáculo. Sofía tomó la mano de Lía y susurró, "Este lugar es mágico, así como será nuestra amistad".
    Mientras Lía y Sofía exploraban el jardín, de repente, se percataron de unas pequeñas criaturas mágicas que comenzaron a aparecer entre la vegetación del patio de la escuela. Cerca de ellas, un hada con alas de cristal se posó en el hombro de Lía, y una criatura similar a un duende se acercó para jugar con ellos. "¡Nunca había visto algo tan bonito!" dijo Lía, encantada por sus nuevos amigos reales y mágicos.
    Cuando sonó la campana que indicaba que el recreo se había terminado, Lía, Sofía y Daniel corrieron con todas sus fuerzas para llegar a su salón de clases, su maestra los recibió con alegría notando que se encontraban muy felices y unidos, ella se alegró de que comenzaran una linda amistad desde el primer día de clases. Pronto, al terminar su horario de clases, salieron juntos al patio para despedirse, no hacía falta hablar, sus ojos expresaban lo maravillados que seguían y lo felices que estaban de haber vivido juntos esta experiencia. Se abrazaron sabiendo que al siguiente día podrían tener otra experiencia tan extraordinaria como la que habían tenido hoy, tomaron sus cosas y se dirigieron al gran portón principal. Lía entre brincos y prisas, buscaba a su mamá, estaba muy emocionada por contarle lo que había vivido con sus nuevos amigos, y al girar su cabecita, notó que su mami estaba a su lado, esperándola con gran emoción, la recibió con un enorme abrazo y un regalo ser una niña maravillosa, llena de encanto e ilusión. Sofía y Daniel se acercaron a Lía diciéndole, "Hoy aprendimos que la verdadera magia está en estar juntos". Lía asintió, sabiendo que había encontrado algo más valioso que cualquier tesoro: la amistad.