Es el 23 de abril y estamos en un pueblito de la provincia de Barcelona. Cuenta la leyenda que en este pueblo viven los habitantes, el rey y su hija, la princesa.

Ella es muy guapa. Es alta y delgada.

Tiene el pelo rubio y largo y los ojos claros.

El dragón ruge fuerte. Las personas en el pueblo tienen miedo y están muy preocupadas.

"El dragón necesita comer. No tengo más animales," dice el rey con tristeza.

El rey piensa mucho. Decide hacer un sorteo para elegir a una persona del pueblo que sacrificar.

La elegida es la princesa, su hija. "No quiero perderte, hija," dice el rey con tristeza y desesperación.

La princesa es muy valiente. "Voy a salvar mi pueblo," dice la princesa en voz baja y se dirige hacia la montaña donde vive el dragón.

Afortunadamente llega encima de su caballo blancoSant Jordi , un caballero muy valiente y fuerte. Corre hacia el dragón con su espada.

"¡No tengas miedo, princesa! Yo te salvo," grita Sant Jordi.

Lucha con el dragón y lo vence. De la sangre del dragón crecen muchas rosas rojas.

Sant Jordi recoge una rosa roja y se la da a la princesa. "Gracias, valiente caballero.

Te dedico una poesía de amor," dice la princesa, sonriendo y feliz. Todos celebran juntos.

Desde ese día, todos los 23 de abril, la gente regala libros y rosas rojas para celebrar el amor y la cultura. El pueblo está feliz y en paz.