Scorpius, Stella y Aries, los tres hijos de Draco Malfoy y Evelyn Walker, se encontraban en el Gran Comedor de Hogwarts, el día de la ceremonia de selección de casas. Scorpius, el mayor de los tres, estaba nervioso por la perspectiva de ser seleccionado para Slytherin.

Los tres hijos de Malfoy esperaban con impaciencia mientras el Sombrero Seleccionador decidía su destino. Scorpius fue el primero en ser llamado. Se puso el sombrero en la cabeza y, después de un momento de tensión, el sombrero gritó: "¡Slytherin!"

Aries y Stella aplaudieron por su hermano, y luego se prepararon para su propio turno. Cuando llegó el momento de Stella, el sombrero apenas había tocado su cabeza antes de anunciar: "¡Ravenclaw!"

Aries fue el último en ser seleccionado. Esperó con el corazón latiendo furiosamente mientras el sombrero consideraba su destino. Finalmente, el sombrero gritó: "¡Gryffindor!" Aries sonrió, satisfecho con su nueva casa.

Al final de la ceremonia, los tres hermanos se reunieron para desearse buena suerte. Aunque estaban en casas diferentes, sabían que su vínculo como hermanos siempre los mantendría unidos.

Los primeros días en Hogwarts fueron un torbellino de nuevas experiencias para los tres hermanos Malfoy. Scorpius rápidamente se hizo amigo de algunos de sus compañeros de Slytherin.

Stella, por otro lado, se encontró fascinada por la vasta biblioteca de Ravenclaw, y pasaba la mayor parte del tiempo allí, estudiando y aprendiendo sobre los misterios del mundo mágico.

Aries, en Gryffindor, se esforzaba en demostrar su valentía y justicia. Adoraba a sus hermanos mayores y se esforzaba por demostrar que era tan capaz como ellos.

A pesar de sus diferencias, los tres hermanos siempre encontraban tiempo para reunirse y compartir sus experiencias. A menudo, se encontraban en la biblioteca, donde Stella les contaba sobre sus últimos descubrimientos.

Pero no todo era estudio y aprendizaje. Los tres hermanos también se encontraron involucrados en diversas aventuras, desentrañando misterios y enfrentando desafíos juntos.

Durante una de estas aventuras, los tres hermanos descubrieron un antiguo mapa de Hogwarts, escondido en una de las estanterías de la biblioteca. Intrigados, decidieron explorar los pasadizos secretos que el mapa revelaba.

Su exploración los llevó a descubrir un antiguo aula olvidada, llena de artefactos mágicos y libros empolvados. Aries estaba emocionado, mientras que Stella parecía haber encontrado su paraíso.

En el aula, encontraron un objeto misterioso, una esfera brillante que parecía contener una nebulosa. Sin poder resistir la tentación, Aries la tocó, y se vieron transportados a un lugar desconocido.

Se encontraron en un bosque oscuro y espeso, bajo un cielo estrellado. Estaban perdidos, pero juntos. Con determinación, decidieron encontrar el camino de regreso a Hogwarts.

A lo largo de su aventura, enfrentaron numerosos desafíos y peligros. Pero cada obstáculo solo servía para fortalecer su vínculo y determinación. Juntos, lograron superar cada prueba que se les presentó.

Finalmente, después de días de lucha y perseverancia, lograron encontrar el camino de regreso a Hogwarts. Exhaustos pero victoriosos, regresaron al castillo, con una nueva apreciación por su hogar.

A partir de ese día, los tres hermanos se volvieron más unidos que nunca. A pesar de estar en diferentes casas, siempre encontraban tiempo para estar juntos, compartiendo risas y aventuras.

Con el tiempo, Scorpius, Stella y Aries se convirtieron en figuras destacadas en sus respectivas casas. Sus hazañas y aventuras se convirtieron en leyendas, historias que se contaban a los nuevos estudiantes.

Sin embargo, a pesar de su fama, nunca se dejaron llevar por la arrogancia. Siempre se recordaban a sí mismos que eran solo tres hermanos que amaban la aventura y la diversión.

A lo largo de los años, los tres hermanos Malfoy demostraron que, a pesar de las diferencias, el amor fraternal y la lealtad siempre prevalecen. Su historia es un testimonio de la fuerza del vínculo familiar y de la importancia de mantenerse unidos, sin importar las circunstancias.

En su último año en Hogwarts, los tres hermanos se graduaron con honores, y se despidieron del castillo que había sido su hogar durante siete años. Pero sabían que siempre llevarían consigo los recuerdos de sus años en Hogwarts, y las aventuras que habían compartido.

Y aunque sus caminos los llevarían a diferentes lugares, siempre recordarían las lecciones aprendidas, las amistades forjadas, y, sobre todo, las aventuras vividas juntos. Porque, al final del día, siempre serían los hijos de Malfoy, unidos por su amor y lealtad mutuos.

A medida que dejaban Hogwarts, sabían que llevaban consigo el legado de sus padres, pero también su propio legado. Habían dejado su huella en Hogwarts, y sabían que su historia se contaría a las futuras generaciones de estudiantes.

Pero, por ahora, estaban listos para enfrentar el mundo mágico, para embarcarse en nuevas aventuras y enfrentar nuevos desafíos. Pero siempre juntos, siempre unidos, siempre los hijos de Malfoy.

Y así, con sus ojos llenos de determinación y sus corazones llenos de esperanza, Scorpius, Stella y Aries Malfoy se aventuraron en el mundo, listos para hacer su propia marca y vivir sus propias historias.

Pero siempre recordarían sus años en Hogwarts, sus aventuras, sus triunfos y derrotas. Y siempre recordarían que, a pesar de todo, seguían siendo una familia, siempre unidos, siempre juntos.

Scorpius, Stella y Aries Malfoy, los hijos de Draco Malfoy y Evelyn Walker, siempre serán recordados en Hogwarts. Su historia es una lección de amor, lealtad y coraje, una lección que perdurará en el tiempo.

Y aunque su tiempo en Hogwarts había llegado a su fin, sabían que sus aventuras apenas estaban comenzando. Porque, al final, siempre serían los hijos de Malfoy, siempre listos para la aventura, siempre juntos.

Y así, con una última mirada al castillo que había sido su hogar, los tres hermanos se alejaron, listos para enfrentar lo que el futuro les deparaba. Pero siempre recordarían sus años en Hogwarts, y las aventuras que habían compartido.

Los hijos de Malfoy, Scorpius, Stella y Aries, siempre serán recordados en Hogwarts. Su historia, llena de aventuras, coraje y amor fraternal, seguirá inspirando a las futuras generaciones de estudiantes de Hogwarts.