
El Holandés Errante
By Mendoza Salamanca

19 Feb, 2024

Pasaron los años y la leyenda del capitán Hendrik Van der Decken y su buque El Holandés Errante se extendió por todo el mundo. Los marineros de todos los mares temían encontrarse con el buque fantasma, pues decían que traía mala suerte.

En las noches de tormenta, se escuchaba el eco de las risas locas del capitán Van der Decken y el crujir de las tablas de madera del buque. Algunos afirmaban que podían ver la silueta oscura del buque errante contra el cielo tormentoso.

El capitán Van der Decken, ahora un espectro, estaba condenado a cumplir su imprudente promesa de surcar los mares hasta el fin de los tiempos. Consumido por su codicia, no sentía remordimientos por su condena, solo la necesidad de continuar su viaje.

A pesar de su aparente inmortalidad, Van der Decken sufrió su castigo. En lugar de los banquetes que solía disfrutar, ahora solo podía comer hierro al rojo vivo y beber hiel. Aun así, su determinación no flaqueó.

Los años se convirtieron en décadas, y las décadas en siglos. El capitán y su buque se volvieron una leyenda temida entre los marineros y un cuento de advertencia para aquellos que ponen la codicia por encima de la vida de los demás.

Muchos intentaron encontrar El Holandés Errante, creyendo que el buque contenía tesoros incalculables. Pero aquellos que lo buscaron nunca regresaron, aumentando la leyenda y el temor alrededor del buque fantasma.

El capitán Van der Decken, aunque condenado, nunca perdió su amor por el mar. Su espíritu se había convertido en una parte inseparable del océano, una manifestación del poder y la ira de las aguas.

Durante las noches más oscuras, cuando el viento sopla con fuerza y las olas golpean con furia, se dice que aún se puede ver la sombra de El Holandés Errante, con Van der Decken al timón, navegando eternamente en su condena.

El destino de Van der Decken es un recordatorio constante del peligro de la avaricia desmedida. Aunque el capitán sigue navegando, su historia sirve como una advertencia para todos aquellos que se atreven a desafiar al mar.

Así, la leyenda del Holandés Errante perdura, resonando en los cuentos de los marineros y en los susurros del viento marino. Un espectro del pasado que sigue acechando el presente, recordándonos el precio de la ambición desmedida.