
La Princesa Llorona
By Isabel Avendaño

24 Apr, 2024

La Princesa Llorona lloraba incesantemente, y su llanto resonaba en todo el castillo. Su corazón estaba lleno de tristeza y soledad.

Su llanto era producto de un hechizo que solo podría romperse con el amor verdadero. Pero, ¿quién podría amar a una princesa que no hace más que llorar?

En un pueblo cercano vivía Pedro, un joven campesino. Había escuchado las historias sobre la princesa y su llanto eterno, y algo en su corazón le decía que él podría ayudarla.

Pedro, decidido, se despidió de su familia y partió hacia el castillo, con la esperanza de romper el hechizo y devolverle la alegría a la princesa.

El camino al castillo estaba lleno de desafíos. Pedro tuvo que enfrentar bestias salvajes, resolver enigmas y escalar montañas. Pero nada lo detuvo.

Exhausto pero decidido, Pedro finalmente llegó al castillo. El sonido del llanto de la princesa llenó sus oídos y su corazón se llenó de compasión.

Pedro entró al salón y vio a la princesa. Ella era más bella de lo que había imaginado, pero sus ojos estaban llenos de tristeza. Pedro se acercó a ella, con el corazón latiendo fuerte.

Pedro habló con la princesa, le contó sobre su viaje y su deseo de ayudarla. La princesa, conmovida por su bondad, sintió algo que no había sentido en mucho tiempo: esperanza.

Pasaron los días, y Pedro y la princesa se volvieron inseparables. Rieron, bailaron y compartieron historias. Y poco a poco, las lágrimas de la princesa comenzaron a secarse.

Una tarde, Pedro le confesó su amor a la princesa. Y para sorpresa de ambos, la princesa sintió lo mismo. En ese momento, el hechizo se rompió y la princesa dejó de llorar.

Desde ese día, el castillo ya no se llenó de lágrimas, sino de risas y amor. Pedro y la princesa se casaron, y su amor trajo prosperidad y alegría al reino.

Y así, la princesa Llorona se convirtió en la princesa Feliz, y junto a Pedro vivieron felices y llenos de amor, demostrando que el amor verdadero puede superar cualquier obstáculo.