
La Casa Abandonada
By Valeria salazar 9

26 Jun, 2024

Ana y Lucía, dos amigas inseparables, decidieron entrar a la casa abandonada. Ana, la más valiente, lideraba el camino, mientras Lucía la seguía temblorosa.

El interior de la casa era oscuro y polvoriento. El olor a moho llenaba el aire. Ana y Lucía se adentraron más, sus linternas iluminando el camino.

En uno de los cuartos, encontraron a una bruja que estaba masticando algo. Al ver a las niñas, sonrió mostrando sus dientes, que eran de otros colores.

La bruja les dijo que comía los dientes de sus víctimas para mantenerse joven. Ana y Lucía se horrorizaron, pero antes de que pudieran huir, la puerta se cerró con un golpe.

Escaparon de la bruja y se escondieron en la cocina. Allí, encontraron a un hada que les prometió ayudarlas a escapar si le traían un diente de la bruja.

Ana y Lucía aceptaron el trato y regresaron al cuarto de la bruja. Allí, encontraron un diente que la bruja había dejado caer y lo llevaron al hada.

Al darle el diente al hada, ésta comenzó a brillar intensamente. La luz llenó la cocina y cuando se apagó, la bruja había desaparecido.

El hada les agradeció y les mostró una salida secreta. Ana y Lucía salieron corriendo de la casa y prometieron nunca volver a entrar en una casa abandonada.

Aunque asustadas, las niñas se sentían aliviadas. Habían escapado de la bruja y habían ayudado al hada. Aunque sabían que nunca olvidarían esa noche.

Una vez en casa, compartieron su historia con sus familias. Nadie las creyó, pero ellas sabían la verdad. Y aunque era aterrador, también era un poco emocionante.

Ana y Lucía prometieron mantenerse alejadas de las casas abandonadas. Pero también prometieron seguir siendo amigas y enfrentar juntas cualquier aventura que se presentara.

Así, las dos niñas se convirtieron en las heroínas de su propio cuento de terror, demostrando que incluso en las situaciones más aterradoras, la amistad puede ser un faro de luz.