El Cavernícola y su camarada Dino

    By Marcelo-Cello

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    27 Jun, 2023

    Había una vez, en una pequeña aldea, un niño cavernícola llamado Tiko. Tiko era un poco diferente a los demás niños de la aldea, ya que tenía un amigo especial, un dinosaurio llamado Buba.

    Aunque algunos aldeanos aceptaron a Buba como parte de la familia, otros no estaban contentos con la presencia de un dinosaurio en la aldea. Algunos temían por la seguridad de sus hijos, mientras que otros pensaban que un dinosaurio no era el compañero adecuado para un niño.

    Pero Tiko no se dejó influenciar por las opiniones de los demás. Él y Buba eran inseparables. Cada día, después de terminar sus tareas, Tiko y Buba salían a explorar las tierras cercanas a la aldea.

    En una de esas aventuras, Tiko y Buba descubrieron una cueva escondida en lo profundo del bosque. Decidieron entrar juntos a explorar. Adentro, encontraron una serie de túneles que los llevó a un mundo subterráneo lleno de cristales brillantes y estalactitas gigantes.

    Pasearon por el mundo subterráneo, asombrados por las maravillas que encontraron en cada rincón. De repente, se encontraron con un río subterráneo y decidieron seguirlo en busca de nuevas aventuras.

    Mientras seguían el río, se percataron de que las paredes de la cueva estaban cubiertas de pinturas antiguas. Tiko y Buba se detuvieron a admirar las obras de arte, que mostraban a cavernícolas y dinosaurios viviendo en armonía.

    Inspirados por las pinturas, continuaron su exploración y pronto llegaron a una gran caverna donde encontraron a una tribu desconocida de cavernícolas que vivían junto a dinosaurios. La vista de la convivencia pacífica les llenó de felicidad.

    Los cavernícolas de la tribu desconocida, viendo a Tiko y Buba juntos, les dieron la bienvenida y les contaron la historia de cómo habían aprendido a vivir en armonía con los dinosaurios. Les explicaron que los dinosaurios los protegían de las amenazas y les ayudaban en la caza y la recolección.

    Tiko y Buba, emocionados por lo que habían descubierto, decidieron regresar a su aldea para compartir la historia y mostrar a los aldeanos cómo los dinosaurios podían ser amigos valiosos en lugar de simplemente mascotas.

    Cuando regresaron, les contaron a todos sus aventuras y les explicaron cómo la tribu desconocida había aprendido a vivir en armonía con los dinosaurios. Al principio, algunos aldeanos escépticos no estaban convencidos, pero Tiko y Buba estaban decididos a cambiar sus ideas.

    Buba comenzó a ayudar a los aldeanos en sus tareas diarias, demostrando su fuerza y habilidades. Ayudaba a recolectar frutas y verduras, a construir nuevas chozas y a proteger a los niños de posibles peligros.

    Poco a poco, los aldeanos comenzaron a aceptar a Buba y a comprender que los dinosaurios podían ser amigos valiosos. Incluso empezaron a adoptar otros dinosaurios como compañeros y mascotas, y la aldea prosperó con su ayuda.

    Un día, una manada de dinosaurios peligrosos se acercó a la aldea, amenazando la seguridad de todos. Los aldeanos, asustados, no sabían qué hacer. Fue entonces cuando Tiko y Buba entraron en acción.

    Juntos, lideraron a los aldeanos y a sus dinosaurios en una batalla épica contra la manada invasora. Gracias a la valentía de Tiko y Buba , y al apoyo de los aldeanos y sus dinosaurios, lograron repeler a los intrusos.

    A partir de ese momento, Tiko y Buba fueron considerados héroes en su aldea. Los vecinos, que antes eran escépticos sobre su amistad, ahora los admiraban y respetaban. La aldea había aprendido el valor de la amistad y la armonía entre los seres humanos y los dinosaurios.

    Mientras la aldea prosperaba, Tiko y Buba continuaban con sus aventuras, siempre en busca de nuevas tierras y criaturas por descubrir. Cada día, regresaban con historias emocionantes y descubrimientos que compartían con los aldeanos.

    Con el tiempo, la aldea se convirtió en un lugar próspero y pacífico, gracias a la armonía entre los cavernícolas y los dinosaurios. Tiko y Buba, siempre juntos, siguieron explorando y compartiendo sus descubrimientos con el mundo.

    Llegó el día en que la tribu desconocida que vivía en las cuevas visitó la aldea de Tiko y Buba se sorprendieron al ver cómo su mensaje de amistad y armonía se había extendido, y cómo ahora había más aldeanos viviendo en paz con los dinosaurios.

    Juntos, las dos tribus celebraron su amistad y prosperidad con una gran fiesta, donde las risas, la música y la comida llenaron el aire. Tiko y Buba bailaron y jugaron con sus amigos, disfrutando de la felicidad que habían ayudado a crear.

    A medida que los años pasaban, la historia de Tiko y Buba se convirtió en leyenda. Los niños de la aldea crecieron escuchando las aventuras de estos dos amigos, aprendiendo sobre la importancia de la amistad y la armonía en sus vidas.

    Tiko y Buba nunca dejaron de explorar y descubrir nuevos lugares y criaturas. Su amistad, una vez desaprobada por algunos vecinos, se convirtió en un símbolo de amor y esperanza para la próxima generación de cavernícolas y dinosaurios.

    Aunque ya han pasado muchos años, la leyenda de Tiko y Buba sigue viva en la aldea. Sus aventuras y enseñanzas siguen siendo contadas y compartidas, recordándoles a todos la importancia de la amistad, la armonía y el amor en nuestras vidas.

    El Cavernícola y su camarada Dino