
The Brave Sapo
By Enzo

31 Jul, 2023

Dice la leyenda que fue en un tiempo pasado donde los monos hablaban y los sapos eran valientes, cuando el río Paraná aún era joven y el cielo se llenaba de estrellas cada noche. Una época donde cada animal tenía su propia historia pa' contar y los viejos vivían de sus recuerdos.

En esos tiempos, se sentaban alrededor del fuego, a contarse las historias del ayer. El mono siempre curioso, siempre preguntando. Y los demás, esperaban su turno para contar sus aventuras. Pero había uno que siempre guardaba silencio. El sapo.

Un día, justo cuando empezó a llover, el mono, se volteó hacia el sapo y le preguntó ¿Y usted señor sapo, no tiene nada pa' contarnos? El sapo, mirando a los demás, les dijo, ¿Ustedes quieren escuchar la historia de un viejo sapo?

Todos asintieron con curiosidad. Y así, en medio de la lluvia y el fuego, el sapo comenzó su relato. Dijo, "En tiempos pasados, este sapo que ven aquí, era conocido como el gran domador de tigres". Todos se quedaron boquiabiertos.

"Si, m'hijito", prosiguió el sapo, "fui el mejor domador de tigres de mi época". Los animales alrededor del fuego lo miraban con incredulidad, pero el sapo continuó con confianza.

"¿Y no le asustaban los rugidos, tío Sapo?", preguntó el mono, con los ojos tan grandes como platos. "¿Rugidos?", respondió el sapo, "¿Quién les habrá enseñado a rugir sino este sapo! Y eso que rugidos eran los de antes."

"¡Qué manera de rugir! Daba la impresión de que venía el fin del mundo ¡Qué tiempos los de antes!", recordó el sapo. Todos los animales estaban absortos en las palabras del sapo, mientras la lluvia caía sobre ellos, casi en susurros.

"Me dan envidia, don Sapo", dijo el mono, "pero ésta es también una época peligrosa". "¿Peligrosa?", volvió a interrumpir el sapo, "Peligros eran los de antes. Pero toda gente valiente. Y más los sapos. Este mundo ha cambiado, m'hijo".

Entonces, un ruido de hojas y de ramas quebradas se oyó entre los árboles. El sapo, de un salto, se zambulló en la laguna. "Eh, don Sapo", dijo el mono, "no dispare que es sólo un tigre".

El sapo asomó los ojos en medio de la laguna y respondió: "¿No le dije que el mundo está cambiando? ¡Sapos eran los de antes!" Y así, entre la lluvia y las risas, la noche se volvía a llenar de historias.

Esta historia nos enseña que los tiempos cambian, que no hay que temer a los desafíos y que todos, incluso los más humildes, tienen historias para contar.

Aquel sapo, con sus relatos, no sólo entretuvo a los demás animales, sino que también les recordó los tiempos de valentía y coraje, de cuando los sapos eran los domadores de tigres y los monos conocían el miedo.

Así pasaron las noches, entre el fuego, la lluvia y las historias. El bosque se llenaba de ecos de otras épocas, de otros tiempos. Pequeñas lecciones de valentía y temeridad, envueltas en relatos de un viejo sapo.

Y cada animal, a su turno, también contaba sus historias. Aventuras de coraje y bravura, de miedos y de hazañas. Y aunque cada historia era diferente, todas tenían algo en común: un anhelo por aquellos tiempos de valentía y desafío.

Porque a pesar de los peligros, a pesar de los desafíos, esos eran los tiempos en que realmente se vivía. Tiempos en que cada día era una nueva aventura, cada noche una nueva historia. Y cada animal, un héroe a su manera.

Hoy en día, el bosque ha cambiado. Los fuegos de la noche ya no son tan comunes, y los animales ya no se sientan juntos a escuchar y contar historias. Pero en el corazón de cada uno, aún palpita la añoranza por aquellos tiempos.

Aún se escucha el eco de los rugidos de los tigres, la risa del mono y las historias del sapo. Aún se siente la valentía de aquellos tiempos, la valentía de los sapos. Y si escuchas con atención, en las noches cuando la lluvia cae suavemente, podrás oír sus historias.

"¡Sapos eran los de antes!" – escucharás decir al viento. Y aunque el mundo haya cambiado, la valentía de aquellos sapos nunca será olvidada. Porque todos, incluso los más humildes, tienen historias para contar. Y en cada historia, hay una lección de vida.

Así que la próxima vez que la lluvia caiga, recuéstate y cierra los ojos. Escucha el eco de las historias del pasado. Aprende de la valentía, de los desafíos, de las hazañas. Porque las historias son más que palabras. Son nuestras lecciones, nuestras vidas, nuestras raíces.

Y quizás algún día, en un futuro no muy lejano, los animales volverán a sentarse juntos alrededor del fuego. Y volverán a contarse las historias del ayer. Y quizás, sólo quizás, volveremos a escuchar la voz de los valientes sapos.

A pesar de los cambios, la valentía de aquellos sapos sigue resonando en el bosque. Todavía se puede escuchar el bravo rugido de los tigres, la risa inocente del mono y las profundas enseñanzas del viejo sapo.

Cada vez que la lluvia cae, las historias cobran vida. Se puede escuchar el susurro del viento diciendo "¡Sapos eran los de antes!" y nos recuerdan que, a pesar de que los tiempos cambien, las hazañas y el valor de aquellos sapos nunca se olvidarán.

Y lo más importante, nos recuerdan que todos, sin importar cuán humildes o pequeños podamos ser, tenemos historias que contar. Historias que enseñan, historias que dan vida y que aportan lecciones valiosas para la vida.

Por lo tanto, la próxima vez que veas la lluvia caer, procura recordar las historias de los sapos. Deja que sus palabras echen raíces en ti. Deja que su valentía, su audacia y sus hazañas te inspiren.

Las historias no son simplemente palabras. Son nuestras lecciones, nuestras vidas, nuestras raíces. Son la esencia de quienes somos y de donde venimos. Y proyectan hacia dónde queremos llegar.

Y quién sabe, quizás en un futuro no muy lejano, los animales volverán a sentarse juntos alrededor del fuego. Y volverán a compartir sus historias de los viejos tiempos. Y quizás, sólo quizás, volveremos a escuchar la voz de los valientes sapos.

Tal vez, solo tal vez, en un futuro no muy lejano, volveremos a ser una gran familia reunida alrededor del fuego, compartiendo historias y riendo bajo el manto estrellado. Y quizás, con un poco de suerte, aquel viejo sapo volverá a contar sus historias.

Pero mientras tanto, no olvidemos las enseñanzas de aquel viejo sapo. No olvidemos la valentía, la fuerza y la determinación que nos enseñó. Y, lo más importante, no olvidemos que todos, sin importar cuán pequeños o insignificantes parezcamos, tenemos historias que contar.

Así que la próxima vez que la lluvia comience a caer, cierra los ojos y escucha. Escucha las historias de valentía. Deja que las palabras del viejo sapo te guíen. Y recuerda que todos, somos héroes de nuestras propias historias.

Y ya ves, el bosque sigue aquí, y las estrellas siguen brillando en el cielo. Los fuegos se han vuelto más raros, pero aún en ocasiones, se encienden, y los animales se reúnen a su alrededor. Y, cada tanto, si prestas atención, puedes escuchar el eco de las viejas historias.

Todavía se pueden escuchar los rugidos de los tigres, la risa del mono y, por supuesto, la voz del sapo. Todavía se puede sentir la valentía y la fuerza de aquellos tiempos antiguos. Y aunque el mundo ha cambiado, la valentía de aquellos sapos nunca se olvidará.