
La Maldición de Raoden
By maxi

19 Feb, 2024

En el reino de Nalthis, vivía un apuesto príncipe llamado Raoden. Era fuerte, valiente y amado por su pueblo. Sin embargo, bajo su sonrisa encantadora y ojos brillantes, se escondía un terrible secreto. Raoden había sido víctima de una maldición que lo condenaba a vivir como un no muerto.

Por el día, llevaba una vida normal, pero por la noche, las heridas que había sufrido durante el día se volvían eternas y dolorosas. La maldición lo había convertido en un inmortal, un ser que no podía sanar.

En el reino vecino de Elantris, vivía una hermosa princesa llamada Sarene. Ella estaba comprometida con Raoden y amaba profundamente a su príncipe. Sarene era conocida por su inteligencia y su espíritu indomable.

Cuando Sarene se enteró de la maldición de Raoden, se negó a aceptar su destino. Decidió que haría todo lo posible para liberar a su amado de esta condena.

Sarene comenzó a buscar a los más sabios hechiceros y brujas de los reinos. Pasó días y noches en bibliotecas antiguas, buscando alguna pista sobre cómo romper la maldición.

Mientras tanto, Raoden luchaba con su maldición. Aunque su vida estaba llena de dolor, se negaba a rendirse. Su amor por Sarene lo mantenía en pie.

Después de un tiempo, Sarene encontró una antigua profecía que decía que la maldición podría romperse si el maldito podía aprender a aceptar su sufrimiento. Sin embargo, no estaba claro cómo se podía lograr eso.

Sarene regresó a Nalthis con la esperanza de encontrar una solución. A pesar de su dolor, Raoden se alegró de ver a su amada. Juntos, comenzaron a buscar la manera de aplicar la profecía.

Pasaron días, semanas y meses. Raoden y Sarene exploraron juntos cada rincón de la profecía. A pesar de las dificultades, nunca perdieron la esperanza.

Finalmente, un día, Raoden tuvo una revelación. Se dio cuenta de que la maldición no era un castigo, sino una prueba. La maldición requería que él aceptara su sufrimiento, no para torturarse, sino para aprender de él.

Con Sarene a su lado, Raoden comenzó a aceptar su dolor. Aprendió a vivir con él, a entenderlo. Y con cada día que pasaba, su sufrimiento se volvía menos insoportable.

En el proceso, Raoden se volvió más fuerte. Su amor por Sarene creció y se profundizó. Y a medida que su amor crecía, la maldición comenzó a debilitarse.

Finalmente, un día, la maldición se rompió. Raoden se despertó y encontró que todas sus heridas habían sanado. Ya no era un no muerto, sino un hombre libre.

Sarene, llena de alegría, corrió a los brazos de Raoden. Juntos, celebraron el fin de la maldición y la promesa de un futuro juntos.

Desde aquel día, Raoden y Sarene vivieron en paz. A pesar de las cicatrices de su pasado, encontraron la felicidad en su amor mutuo. Y aunque Raoden ya no era un inmortal, su amor por Sarene era eterno.

Y así, la historia de Raoden y Sarene se convirtió en una leyenda en los reinos de Nalthis y Elantris. Se convirtieron en un símbolo de esperanza y amor, una prueba de que incluso la maldición más terrible puede ser superada con amor y perseverancia.