The Demon of Ezpartacorr

    By Storybird

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    17 Jul, 2023

    Rokoi era un hombre sencillo, de naturaleza pacífica, el cual dedicaba su tiempo a la agricultura. Pero cuando recibió el llamado a unirse al ejército, no se negó. Se alistó en el ejército de su país, portando con orgullo sobre su espalda el escudo de Ezpartacorr, la tierra donde había nacido y crecido.

    Tras semanas de entrenamiento riguroso, Rokoi fue considerado digno de portar una katana, la espada tradicional de su tierra. La llamó Devil, en honor a su tenacidad y esfuerzo. No sabía que este nombre marcaría su destino de una forma que nunca hubiera imaginado.

    Su primera batalla se desarrolló sin sorpresas. Rokoi luchó con valentía, defendiendo su patria. Sin embargo, en una batalla posterior, las cosas cambiaron radicalmente. La batalla se estaba volviendo en contra de su favor, y en medio del caos, algo extraño sucedió.

    Rokoi sintió una vibración en su katana, tan intensa que parecía resonar hasta en su alma. Fue entonces cuando perdió la conciencia. Al despertar, el panorama era desolador: el ejército enemigo había sido aniquilado y un pueblo cercano estaba en cenizas.

    A partir de aquel día, Rokoi fue conocido como el Demonio de Ezpartacorr. No por elección, sino por la bestia que parecía liberarse en él durante las batallas, convirtiéndolo en un guerrero invencible y despiadado.

    Aunque al principio le daba miedo, Rokoi intentó aceptar su nueva identidad. Después de todo, era un guerrero. Pero con cada batalla, con cada victoria, la sensación de inquietud en su interior crecía.

    Rokoi comenzó a cuestionarse. ¿Qué le pasaba durante las batallas? ¿Por qué perdía la conciencia y luego se despertaba rodeado de destrucción y muerte? ¿Sería capaz de controlar esa fuerza desatada o se convertiría en su propia ruina?

    Después de la última batalla, decidió investigar sobre su katana, Devil. No podía ser coincidencia que siempre perdiera el conocimiento cuando empuñaba la espada. Quizás había algo en la espada que no conocía, alguna maldición o algún tipo de magia.

    Tras consultar varios textos antiguos y hablar con sabios y chamanes, descubrió que Devil no era una katana ordinaria. Estaba infuseda con un poderoso espíritu guerrero, que durante las batallas se apoderaba del cuerpo de quien la empuñaba.

    Rokoi se sintió aliviado al saber la verdad, pero también preocupado. Sabía que debía encontrar una manera de controlar ese espíritu, porque si no lo hacía, la próxima vez podría ser él quien quedara en cenizas.

    Comenzó un viaje para entender mejor a su katana y a sí mismo. Buscó guías espirituales y maestros de armas, quienes le ayudaron a comprender la relación entre el guerrero y su espada, y a encontrar el equilibrio.

    A través de la meditación y el entrenamiento, Rokoi logró establecer una conexión más profunda con Devil. Aprendió a sentir su presencia, a comprender sus intenciones y a limitar su influencia. Pero dominar completamente a Devil, era otra historia.

    Durante una batalla, Rokoi probó su nuevo control. Y aunque logró mantener la conciencia, aún no pudo evitar que el espíritu guerrero causara estragos. Se dio cuenta de que controlar completamente a Devil no sería una tarea fácil.

    Siguió entrenando, empujando sus límites y aprendiendo más sobre Devil y sobre sí mismo. Con cada batalla, se volvía más fuerte, más seguro de sí mismo. El miedo que había estado sintiendo comenzó a desvanecerse.

    Luego de incontables batallas y arduo entrenamiento, Rokoi finalmente logró algo que nunca pensó posible: controló a Devil durante una batalla. En vez de destrucción y muerte, trajo la victoria para su gente sin causar daño a los inocentes.

    A partir de aquel día, Rokoi ya no fue conocido como el Demonio de Ezpartacorr. Ahora era Rokoi el dominador de Devil, un guerrero de gran honor y valentía. Y aunque la guerra seguía, era un faro de esperanza para su gente.

    La leyenda de Rokoi y Devil se extendió por toda la tierra. Se contaban historias de su poder y coraje, y de cómo había vencido a la bestia dentro de él. Inspiraba a jóvenes guerreros y daba esperanza a su nación.

    Sin embargo, Rokoi no olvidaba. Recordaba los tiempos oscuros y las vidas que había tomado. Esa memoria le servía como un recordatorio de lo que era capaz si dejaba que Devil se descontrolara y de la importancia que tenía el mantener el balance.

    Rokoi luchó en muchas batallas más, siempre portando a Devil a su lado, siempre recordando la lección aprendida. En cada victoria, en cada derrota, en cada desafío, la presencia de Devil estaba ahí, pero nunca más controló su destino.

    Y así, la historia de Rokoi, el antiguo Demonio de Ezpartacorr y ahora su gran defensor, se convirtió en leyenda. Un hombre y su katana, cada uno con su propio espíritu guerrero, pero unidos por un propósito: proteger su tierra y su gente.

    The Demon of Ezpartacorr