
La pequeña Abejita número 1 en ortografia
By Yoly

10 Aug, 2023

En una pequeña aldea rodeada de verdes prados y florecientes jardines, había una escuela para los pequeños insectos. La escuela enseñaba a las pequeñas criaturas los secretos del bosque, los idiomas de los animales y cómo deletrear palabras.

Entre diminutos estudiantes, había una abejita llamada Maya que era muy especial. Tenía un brillo único en sus alas doradas y un corazón alegre lleno de curiosidad.

A diferencia de otras abejas que estaban ocupadas recolectando miel, Maya estaba más interesada en aprender. Quería saber todo sobre el mundo que la rodeaba.

En clase, cada insecto tenía su fortaleza. La hormiga podía contar hasta 100, la libélula recitaba poesía, y la mariposa pintaba hermosos cuadros. Pero Maya, en el Deletreo era la número 1 en su clase

Maya podía deletrear palabras que ni siquiera su profesora, la sabia saltamontes, podía. "Mariposa", "pétalo", "hipopótamo"... palabras largas y complicadas eran un juego para ella.

Su amor por las letras era incomparable. Pasaba horas estudiando y practicando, mejorando constantemente. Sus compañeros de clase la admiraban, y los profesores la elogiaban.

Pero Maya era diferente. Aunque era experta en deletrear, nunca se jactó de sus habilidades. Ella creía que cada insecto tenía su talento y, por lo tanto, todos eran especiales.

Ella soñaba con volar alrededor del mundo, deletreando palabras en todos los idiomas. Sabía que era un sueño grande, pero estaba determinada.

Un día, el Director de la escuela, Don Escarabajo, anunció un concurso de deletreo. Maya estaba emocionada. Era su oportunidad de demostrar su talento.

El día de la competencia, todos los insectos estaban nerviosos. Un silencio llenó el aula. Los participantes se prepararon para deletrear palabras difíciles.

Uno por uno, los estudiantes subieron al podio y deletrearon las palabras. Algunos lo hicieron bien, otros cometieron errores, pero todos dieron lo mejor de sí mismos.

Entonces, fue el turno de Maya. Subió al escenario, miró al público, y sonrió. Estaba lista.

Su primera palabra fue "zumbido". Sin dudarlo, deletreó la palabra correctamente. La audiencia aplaudió. Era un buen comienzo.

Las palabras siguientes eran cada vez más difíciles: "margarita", "cucaracha", "libélula". Pero Maya las deletreaba todas sin hacer un solo error.

Finalmente, llegó la última palabra. "Crisantemo". Una palabra larga y complicada. El público contuvo la respiración. Pero Maya no mostró nerviosismo.

Deletreó la palabra, letra por letra, con total confianza. Cuando terminó, el salón estalló en aplausos. Había deletreado la palabra perfectamente.

El Director Escarabajo, con una gran sonrisa, anunció que Maya era la ganadora. La pequeña abejita había demostrado ser la mejor deletreando en su clase.

Maya sintió una felicidad incomparable. Ser reconocida por su talento era maravilloso. Pero ella sabía que el verdadero triunfo era el amor por aprender.

Esa noche, la abejita no podía dormir. Mirando las estrellas, soñó con todas las palabras que podría deletrear y todas las cosas que podría aprender.

Desde aquel día, Maya no solo fue la abejita que deletreaba número 1 en su clase. También se convirtió en un modelo a seguir para sus compañeros.

Le enseñó a sus amigos que no importa qué tan pequeños seamos, todos tenemos un talento único. Y ese talento puede marcar una gran diferencia si se persigue con pasión.

Maya continuó mostrándose segura y valiente. No dejó que nada ni nadie la detuviera. Siguió aprendiendo, deletreando y soñando.

Y aunque todavía era una pequeña abejita en un vasto mundo, sabía que su amor por las palabras y su curiosidad podían llevarla muy lejos.

Maya no solo estaba haciendo un cambio en su vida, sino también en la vida de aquellos a su alrededor. Estaba inspirando a otros a seguir sus propias pasiones.

Así que, si alguna vez te encuentras con una pequeña abejita que deletrea palabras como nadie, recuerda a Maya. La abejita número 1 en su clase.

Porque lo importante no es cuán grande o pequeño eres, sino lo apasionado que eres y cuánto amas lo que haces.

Y recuerda, el tamaño no define tu valor. ¡Ni siquiera si eres una pequeña abejita en una gran escuela de insectos!

Todo lo que necesitas es amor por lo que haces, una actitud positiva y la valentía para seguir tus sueños.

Porque, al final del día, todos somos especiales a nuestra manera, al igual que nuestra querida amiga, Maya, la abejita que deletrea.

Y aunque cada uno de nosotros tiene un talento diferente, todos somos capaces de alcanzar las estrellas si creemos en nosotros mismos.

Así que, deja volar tu imaginación, sigue tus sueños y nunca dudes de tu capacidad para brillar. Al igual que Maya, puedes ser el número 1 en lo que amas hacer.

Y recuerda siempre, no importa lo pequeño que seas, puedes marcar una gran diferencia en este mundo. ¡Al igual que nuestra amiga, la pequeña abejita Maya!

Así que, la próxima vez que veas una abeja, recuerda a Maya. Recuerda su amor por las palabras, su valentía y su espíritu indomable.

Y quién sabe, tal vez algún día, cumplas tus sueños y te conviertas en el número 1 en lo que amas hacer, al igual que nuestra querida amiga, la abejita Maya.

Porque todos somos capaces de lograr grandes cosas, si creemos en nosotros mismos y perseguimos nuestros sueños con pasión y determinación.