The Zombie Photographer

    By Storybird

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    21 Jul, 2023

    En una tranquila ciudad en el borde de un bosque oscuro y espeso, una boda se estaba celebrando. Los invitados se acercaban a la casa de la recién casada pareja para dejar sus regalos y compartir en la alegría del gran día.

    Entre los asistentes había un peculiar individuo que llamaba la atención. Con una tez pálida, ojos inyectados en sangre y ropas desgastadas, era obvio que era diferente a los demás.

    Este individuo era un fotógrafo zombi. Su nombre era Mortimer y a pesar de su condición, había aprendido a convivir con los humanos sin causar alarma o horror.

    Mortimer, con su cámara colgada alrededor de su cuello, se movía entre los invitados, capturando momentos preciosos. Su ojo zombi tenía una habilidad única para capturar la belleza en medio de la vida cotidiana.

    El zombi, aunque no podía hablar, tenía un talento especial para la fotografía. En realidad, había desarrollado una fascinación particular por la fotografía de bodas, le encantaba capturar el amor y la felicidad.

    La mayoría de los asistentes a la boda eran conscientes de la condición de Mortimer. Algunos lo miraban con recelo, pero su talento y su comportamiento amigable habían logrado que la mayoría se adaptara a su presencia.

    A pesar de ser un zombi, Mortimer tenía un gusto estético innato. Sus fotografías tenían una profundidad y una belleza inesperadas, contrastando con su aspecto.

    Capturó la felicidad en los rostros de la pareja, la alegría de los padres y la emoción de los niños jugando. Cada foto revelaba una historia, un fragmento de la celebración.

    Entre las risas y las sonrisas, ninguno de los invitados notó la tez pálida de Mortimer, sus ojos desorbitados o su ropa desgarrada. Estaban demasiado ocupados disfrutando del día.

    Mortimer, debidamente ignorado, continuó con su trabajo. Capturó la belleza de la decoración, el pastel de bodas y las luces tenues del atardecer.

    A medida que la noche caía, Mortimer comenzó a sentir el cansancio. Su cuerpo zombi luchaba por mantenerse en pie mientras seguía tomando fotos.

    Finalmente, después de horas de trabajo, Mortimer finalizó su tarea. Guardó su cámara y con un suspiro de satisfacción, se retiró a un rincón tranquilo.

    Más tarde, cuando la boda finalmente llegó a su fin, los invitados comenzaron a retirarse. Mortimer, agotado pero contento, también decidió partir.

    Regresó a su humilde hogar en el bosque, con las fotos todavía en su cámara. A pesar del cansancio, no pudo evitar revisarlas. Cada una de ellas era un testimonio de la felicidad del día.

    Mortimer, a pesar de ser un zombi, había logrado ser parte de un día lleno de alegría y felicidad. Había capturado la esencia de la boda con su cámara y a través de sus fotos, la alegría del día perduraría.

    Al siguiente día, entregó las fotos con una nota a la pareja recién casada. En la nota agradecía la oportunidad de ser parte de su día especial.

    La pareja, al ver las fotos, quedó asombrada. Cada imagen era una obra maestra, cada detalle capturado con una sensibilidad y una belleza únicas.

    Los ojos zombis de Mortimer habían capturado lo que los ojos humanos a menudo pasan por alto. Había encontrado la belleza en los momentos más simples y la había plasmado en sus fotografías.

    La pareja agradeció a Mortimer. A pesar de su apariencia aterradora y sus extrañas costumbres, había logrado capturar el día más importante de sus vidas de manera inolvidable.

    En los días siguientes, las fotos de la boda se convirtieron en el tema de conversación entre los amigos y familiares de la pareja. Todos estaban impresionados por la calidad y la sensibilidad de las fotos.

    Mortimer, el fotógrafo zombi, continuó con su vida. Vagaba por el bosque durante el día y durante la noche se metía en su humilde casa para descansar.

    A pesar de su apariencia, Mortimer había demostrado que incluso un zombi puede tener un talento especial. A través de su cámara, había demostrado que la belleza se puede encontrar en los lugares más inusuales.

    Desde aquel día, la fama de Mortimer como fotógrafo comenzó a crecer. Incluso a pesar de su apariencia aterradora, la gente comenzó a buscarlo para contratarlo para sus eventos, fascinados por su habilidad única.

    Mortimer, el fotógrafo zombi, se había convertido en una leyenda local. A través de sus ojos zombis, había logrado capturar la belleza y la emoción de los momentos más importantes de la vida.

    Así, en una pequeña ciudad en el borde de un bosque oscuro y espeso, un fotógrafo zombi se adentró en la vida de los humanos, demostrando que a pesar de las diferencias, todos podemos encontrar una forma de coexistir y compartir nuestras habilidades y talentos.

    The Zombie Photographer