Había una vez un perro muy hambriento caminaba de aquí para allá buscando algo para comer

Rocco siempre estaba buscando algo nuevo que explorar. Le encantaba correr por el parque, perseguir a las ardillas y jugar con otros perros.

Un día, mientras jugaba cerca de un lago, notó algo inusual. Vio a otro perro que se parecía exactamente a él en el agua.

Rocco se acercó al lago, asombrado por lo que veía. No podía entender por qué había otro perro que se parecía tanto a él.

En su curiosidad, Rocco trató de alcanzar al otro perro, pero cada vez que se acercaba, el otro perro también se acercaba.

Así que Rocco decidió saltar al agua para atrapar al otro perro. Pero al hacerlo, el otro perro desapareció.

Rocco quedó perplejo. No entendía dónde había ido el otro perro. Así que decidió volver a casa.

Al llegar a casa, Rocco vio su reflejo en una ventana. De nuevo, vio al otro perro que se parecía exactamente a él.

Rocco intentó tocar al otro perro, pero sólo encontró el vidrio frío de la ventana. Estaba muy confundido.

Decidió pedir ayuda a su dueño. Así que corrió hacia él, ladrando y moviendo la cola de excitación.