Era una noche clara y estrellada cuando un niño de 12 años llamado Diego se encontraba mirando el cielo nocturno desde la ventana de su habitación.

Al despertar, Diego se sintió extraño. Su pijama le quedaba apretado y al mirar hacia abajo, vio un pecho musculoso y unos brazos robustos. Se puso de pie, sintiéndose más fuerte y más alto que la noche anterior. En el espejo, su reflejo le mostró el cuerpo de Superman, adaptado a su cuerpo de niño de 12 años.

Diego estaba asombrado y se sintió emocionado al principio. Saltó y voló por la habitación, riéndose mientras flotaba en el aire. Pero luego comenzó a preocuparse. ¿Cómo iría a la escuela o jugaría al fútbol con sus amigos con un cuerpo tan diferente?

Con el tiempo, Diego aprendió a controlar sus nuevos poderes y a adaptarse a su nuevo cuerpo. Descubrió que no sólo tenía la fuerza y la habilidad para volar de Superman, sino también su valentía y su bondad. Aunque su vida había cambiado, Diego seguía siendo el mismo niño por dentro.