
The Haunted House
By Storybird

22 Oct, 2023

Ana acababa de mudarse a una vieja casa en las afueras de la ciudad. La casa estaba misteriosamente barata, pero era lo suficientemente grande y parecía tranquila, por lo que decidió tomarla sin pensar mucho en ello.

Sin embargo, desde el primer día, Ana comenzó a notar cosas extrañas. Oía ruidos inexplicables en la noche y objetos que desaparecían y reaparecían en lugares diferentes.

Una noche, mientras estaba en la cocina, vio una sombra moverse rápidamente por el rabillo del ojo. Cuando se giró, no había nada allí. Comenzó a sentirse incómoda en su propia casa.

Decidida a descubrir lo que estaba sucediendo, Ana decidió investigar la historia de la casa. Descubrió que la casa había sido abandonada durante años debido a rumores de actividad paranormal.

A pesar del miedo, Ana decidió enfrentarse a lo desconocido. Empezó a leer libros sobre lo paranormal y compró equipo para capturar actividad paranormal.

Una noche, mientras grababa en la sala, captó una voz fantasmal en su grabadora. La voz decía "Libérame". Fue entonces cuando Ana supo que no estaba sola.

Con cada día que pasaba, Ana se sentía más decidida a ayudar al espíritu. Comenzó a investigar la historia de los antiguos propietarios de la casa y descubrió un trágico pasado.

La casa había pertenecido a una mujer llamada Isabel, que había desaparecido misteriosamente hace muchos años. Se decía que su espíritu aún residía en la casa.

Ana decidió intentar comunicarse con Isabel. Una noche, se sentó en la sala, encendió su grabadora y comenzó a hacer preguntas.

"¿Eres tú, Isabel?" preguntó Ana. "¿Eres tú la que necesita ser liberada?" En la grabadora, una voz suave respondió: "Sí".

Ana se estremeció pero mantuvo la calma. Preguntó: "¿Cómo puedo ayudarte, Isabel?". La voz respondió: "Encuentra la verdad".

Ana pasó días buscando en los archivos de la ciudad y hablando con los ancianos del pueblo. Desenterró la historia de un crimen encubierto y una injusticia terrible.

Isabel había sido acusada falsamente de un crimen que no cometió y fue condenada a muerte. Ana descubrió que las pruebas habían sido manipuladas y la verdadera historia nunca salió a la luz.

Decidida a hacer justicia, Ana llevó la historia a las autoridades. Fue un proceso largo y complicado, pero finalmente, la verdad de la historia de Isabel fue reconocida oficialmente.

Esa noche, Ana volvió a encender la grabadora. Preguntó: "Isabel, ¿estás en paz ahora?". La voz en la grabadora respondió: "Gracias, Ana. Estoy libre".

A partir de ese día, la casa ya no parecía inquietante. Los ruidos paranormales cesaron y Ana ya no sentía la presencia de Isabel. La casa finalmente se sentía como un hogar.

Ana se quedó en la casa, agradecida por la experiencia. Aprendió que a veces, los fantasmas no son aterradores, sino almas que necesitan ayuda para encontrar la paz.

Aunque fue una experiencia aterradora al principio, Ana no se arrepiente de haberse mudado a la casa. Después de todo, había liberado a un espíritu en pena y había hecho justicia.