Haydee's Healing Heart

    By Humberto Victor

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    02 Jul, 2023

    Había una vez una niña llamada Haydee, soñaba con ser doctora, era su deseo, quería curar a niños de toda enfermedad, en un hospital, con amor y bondad.

    Desde muy pequeña, Haydee mostró interés, por los libros de medicina, sin falta, los leía. Aprendió sobre huesos, músculos y corazón, soñaba con sanarlos, con mucha pasión.

    Haydee sabía que el camino no sería fácil, estudiar mucho y ser constante era su anhelo, así que se esforzó en el colegio y aprendió, ciencias y matemáticas, nunca se cansó.

    Llegó el día en que Haydee cumplió su sueño, se graduó de doctora, radiante y sin dueño, con su bata blanca y su estetoscopio al cuello, se adentró al hospital, su misión era dar consuelo.

    Enfermitos y llantos eran su diario vivir, pero Haydee sonreía, sabía cómo abrir, los corazones asustados y llenos de temor, con su ternura y cariño, les daba su valor.

    Recorría los pasillos, saludando a cada niño, les preguntaba cómo estaban, con dulce guiño, escuchaba sus historias, sus miedos y alegrías, los consolaba con caricias, les daba buenos días.

    Haydee trabajaba sin cesar, noches y días, siempre dispuesta a ayudar, con dulces melodías. Cantaba canciones a los niños para dormir, su voz era como un bálsamo, un lindo antojito.

    A pesar del cansancio, nunca perdía su sonrisa, su amor por los niños nunca se desvanecía. Siempre atenta y dispuesta a lo que pudiera pasar, Haydee superaba cada obstáculo, como un lucero brillar.

    A medida que pasaban los años, Haydee se convirtió en una gran doctora, amada y respetada. Los niños la adoraban, y los padres agradecidos, pues en cada gesto, veían el amor palpito.

    Haydee tenía un sueño, y lo cumplió con honor, ser doctora de niños, con gran amor. Y aunque el camino fue duro y lleno de desafíos, jamás desistió, siempre siguió con su río.

    El hospital se convirtió en su segundo hogar, era su templo, su lugar de sanar. No hay nada que pudiera hacerla más feliz, que ver a los niños sanar, con un dulce matiz.

    Haydee sigue allí, en el hospital, con su bata blanca y su estetoscopio sin igual. Siguiendo su sueño, su llamado sin cesar, de ayudar, de curar, de amor y bondad regalar.

    Haydee's Healing Heart