Había una vez una niña llamada María que vivía en un pequeño pueblo en las montañas. María era muy inteligente, curiosa y llena de energía.

Pero María tenía una debilidad: no solía respetar las opiniones y sentimientos de los demás y se burlaba de ellos con frecuencia.

Un día, mientras se burlaba de su primo Pedro por su miedo a los insectos, la abuela de María intervino.

"María", dijo su abuela, "debes aprender a tratar a los demás con respeto y amabilidad".

María no pareció entender muy bien las palabras de su abuela y continuó con su comportamiento.

La abuela decidió enseñarle una lección a María a través de una historia. Comenzó con "Érase una vez una niña que era exactamente como tú...".

La historia se trataba de una niña que se burlaba constantemente de los demás y se creía superior a ellos.

Pero un día, todo cambió. La niña de la historia se encontró con un sabio anciano que le regaló un espejo mágico.

Cada vez que se burlaba de alguien o tratava mal a alguien, su reflejo en el espejo se volvía cada vez más feo.

En cambio, cada vez que era amable y respetuosa con los demás, su reflejo en el espejo se volvía cada vez más hermoso.

La niña de la historia finalmente aprendió a tratar a los demás con respeto y bondad. Y su reflejo en el espejo volvió a ser hermoso.

María escuchó atentamente la historia de su abuela y pensó en su comportamiento. Comenzó a darse cuenta de que su comportamiento no era correcto.

Al día siguiente, María decidió cambiar su comportamiento. Dejó de burlarse de los demás y comenzó a respetar sus opiniones y sentimientos.

Incluso se disculpó con su primo Pedro por burlarse de su miedo a los insectos y le ayudó a superar su miedo.

María comenzó a notar que las personas de su alrededor estaban más felices y se sentían más cómodas alrededor de ella.

Su abuela estaba muy orgullosa de María. Le dijo: "Has aprendido una lección muy valiosa, María. El respeto hacia los demás es muy importante".

María asintió y sonrió. A través de su cambio de comportamiento, aprendió que cada individuo es especial y merece respeto.

A partir de ese día, María se esforzó por ser siempre respetuosa y amable con los demás. Su comportamiento cambió para mejor y se convirtió en un modelo a seguir para los demás niños.

Incluso comenzó a compartir la historia que su abuela le contó a otros niños, con la esperanza de que también aprendan la importancia del respeto.

Y así, María se convirtió en una niña amable y respetuosa. Todos la adoraban por su amabilidad y respeto hacia los demás.

Una tarde, mientras María y su abuela estaban sentadas en el porche, María le preguntó a su abuela si la historia del espejo mágico era real.

La abuela sonrió y dijo: "No importa si la historia es real o no, lo que importa es la lección que se aprende de ella".

María asintió en comprensión. Sabía que lo más importante era la lección que había aprendido: el respeto hacia los demás.

Ella continúo aplicando la regla dorada - tratar a los demás como te gustaría que te trataran - en todas sus interacciones con los demás.

Y así, María se convirtió en una niña querida y respetada por todos. Su cambio de comportamiento demostró que es muy importante respetar a los demás.